SITRAMSS y modernidad




 Viajar en bus es toda una peripecia en El Salvador. No sólo por el servicio que brindan las unidades, sino por todo lo que afecta a nuestro entorno, comenzando por el ruido ensordecedor y una larga lista de problemas que hacen más difícil la vida de la población.
No me agrada salir a la calle a esperar en las paradas y sentir esas densas nubes de smog que se van acumulando a lo largo del día, sobre todo durante las horas de tráfico, tampoco me agrada ser tratado como ganado cuando ingreso a un autobús, así como ver al resto de usuarios que a veces son golpeados e insultados. Se maltrata a la gente forzándola a entrar a los microbuses cuando ya no hay espacio irrespetando luego sus paradas, a veces hurtándoles sus vueltos. La gente se encuentra tan vulnerable a la delincuencia, los asaltos son algo típico de algunas unidades.
No me agrada en absoluto esta realidad, pero la gente se queja en el instante y luego lo olvida, porque creen que no se soluciona nada. Por eso hemos vivido con corrupción tantos años, con el mando de la mediocridad y las soluciones improvisadas, incluso con la fe en la lejanía de ver a la selección de fútbol en un mundial. Como decía José Ingenieros la existencia del hombre mediocre es inherente a la sociedad y lo mantiene adormecido. Así está la gente, acomodada porque así ha sido siempre, no creen que se pueda cambiar la realidad. Sin embargo, existen cambios, no los suficientes; pero existen cambios.
La política partidaria llega a nublarles el juicio a muchos, sobre todo al creer que un proyecto tan bueno como el Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (SITRAMSS) no debería existir y hasta lo acusan de inconstitucional. ¡Por favor!, si el SITRAMSS es una de las mejores cosas que nos han sucedido como país, incluso cuando se mencionó como un proyecto de campaña Norman Quijano cuando con el nombre de Metrobús, un modelo a menor escala que no rindió los frutos esperados al contrario de la realidad SITRAMSS.
Las buenas ideas que aportan no deben de verse como una bandera de partidos políticos, la cura del cáncer no tiene que ver con “x” o “y” partido, sino como algo que aportará a la humanidad. Así creo que es el proyecto de crear un metro en San Salvador, es algo que nos beneficia a todos. Los habitantes de Soyapango lo agradecen, ya no deben pasar esas estresantes horas recorriendo centímetro a centímetro por horas. La gente puede disfrutar de su familia y de sus vidas. Sólo de imaginar el día en que todo el país nos movamos en este es estimulante. Es un proyecto ambicioso que generará grande beneficios al desarrollo de nuestra nación. Olvidarnos de los ruidos estridentes, de las faltas de respeto y sobre todo del smog ya es algo grande. Ya no se diga al controlar la delincuencia y los sujetos extorsionistas que piden contribución voluntaria. Quizá aún hay áreas a mejorar, pero así son los procesos.
Lo bueno es que la modernización se ve ya como una realidad. ¿Por qué cuesta tanto que entiendan algunos que el SITRAMSS nos trae modernidad y desarrollo a todos? Obviamente porque existen otros intereses alejados de ver El Salvador en evolución hacia un futuro mejor y se ven estos con el deseo, siempre individual y egoísta, de ser sólo ellos quienes avancen, así como aquellos que talan un bosque para construir una banqueta de cemento, olvidando que el bosque era generador de oxígeno y frescura.
 He viajado en las unidades del SITRAMSS y en los buses comunes, y es clara la diferencia, muy clara. Pero, en un país como el nuestro que es difícil aceptar lo bueno de otros es pecado querer mejorar. Por eso queda bien la comparación al mostrar que en muchos sectores de nuestro país se da la cultura del cangrejo, de aquellos crustáceos dentro de un huacal que cada vez que uno intenta salir, los otros lo vuelven a hundir.

Creo en el SITRAMSSS y espero que continúe y sea una realidad para todo El Salvador.

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